19 de diciembre de 2008

Historia de las Ideas Políticas - John Locke

John Locke

Doctrina de la propiedad

Contrariamente a Hobbes, Locke estima que el estado de naturaleza es un estado pacífico, o al menos relativamente pacífico. La naturaleza no es para él ni feroz, como para Hobbes, ni perfecta, como para Rousseau. El estado de naturaleza es un estado de hecho, una situación perfectible. Contrariamente a Hobbes también, Locke estima que la propiedad privada existe en el estado de naturaleza, que es anterior a la sociedad civil. Esta teoría de la propiedad ocupa en Locke un destacado lugar: atestigua los orígenes burgueses de su pensamiento y contribuye a aclarar su éxito.
Según Locke, es el hombre “industrioso y razonable” – y no la naturaleza- quien está en el orígen de casi todo lo que tiene valor. Por consiguiente, la propiedad es natural y bienhechora, no sólo para el propietario, sino para el conjunto de la humanidad: “El que se apropia de una tierra mediante su trabajo no disminuye, sino que aumenta, los recursos comunes del género humano”. La propiedad confiere la felicidad y la mayor felicidad coincide con el mayor poder: “La mayor felicidad no consiste en gozar de los mayores placeres, sino en poseer las cosas que producen los mayores placeres”. Para garantizar la propiedad, los hombres salen del estado de naturaleza y constituyen una sociedad civil “cuyo fin principal es la conservación de la propiedad”. “El gobierno no tiene más fin que la conservación de la propiedad”.
Leyes, jueces y una policía, eso es lo que le hace falta al estado de naturaleza y que lo posee la sociedad civil. Por consiguiente, el poder político es una especie de depósito confiado por propietarios a propietarios. Los gobernantes son administradores al servicio de la comunidad; su misión consiste en asegurar el bienestar y la prosperidad.
Locke decía que la riqueza estaba en la cultura del pueblo. El poder supremo es el poder legislativo.